29 mayo, 2010

Disculpen el audio

Disculpen el audio pero mi amiga Moraima Ruiz, que me conoce tanto, lo bajó de manera intencional dado que estaba contando anécdotas personales, para que resultara espontaneo.

Contaba en el video:

Una vez vendí un anillo de mi "última colección" esa misma noche la Clienta me llamó para decirme que si se lo podía cambiar por otro, porque ese olía a pescado; yo morí de la pena, rápidamente le lleve la colección completa y le dije "escoge el que desees" y sin palabras, ni disculpas, ni sonrisas me despedí. Luego me dije "que mujer tan tonta, huele a langosta no a pescado" y me reí conmigo misma.
Hoy en día esa colección se exibe en una Galeria -Joyería en Caracas y ese anillo especificamente ha recibido los mejores comentarios. "Siempre nos acontece lo mejor "

Relataba también que el olor por maceración que generan los huesos de pescado es insoportable, a veces he botado un agua hedionda y justamente en ese instante ha llegado cierta visita importante para mí y la casa está insoportablemente fétida. Esas son las vicisitudes de trabajar con materia orgánica de fácil descomposición, pero para eso también fui entrenada en mi labor Veterinaria.

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