02 julio, 2012

Preservación de las lenguas y dialectos indígenas

         Es notorio observar hoy en día como exhibimos un gran desconocimiento acerca de la situación por la que están pasando las comunidades indígenas, más aún ignoramos que existen algunos pueblos en situación de aislamiento voluntario. Es lamentable ver actualmente que para muchas personas nuestros indígenas representan pobreza, mendicidad, abandono; observamos como se les da un trato de ciudadanos de tercera categoría, sin sentir por un instante que es probable que una mínima proporción de nuestros genes la tengamos en común con ellos, que poseemos las mismas raíces, que somos hermanos.

         Cabría preguntarse cómo se explica que sepamos tan poco acerca de ellos, está demostrado que no conocemos sus costumbres, ignoramos que sus lenguas y dialectos deben ser respetados en todo el territorio de la República tal como lo refiere La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela consagrando la educación intercultural y bilingüe en TITULO III “De los Derechos Humanos y Garantías” en el Capítulo VIII “De los Derechos de los Pueblos Indígenas” cuando subraya entre otras disposiciones que “las lenguas indígenas tienen un valor primordial en sí mismas por ser el máximo instrumento intelectual de los pueblos que las usan, el más completo inventario de su cultura y la mejor imagen de su vida inmaterial y espiritual”.

          Sus lenguas además, constituyen “un derecho de los pueblos indígenas y un patrimonio cultural de la Nación y de la humanidad, por lo que además del castellano, los idiomas indígenas también son de uso oficial para los pueblos indígenas y deben ser respetados en todo el territorio de la República. En tal virtud, los idiomas indígenas se emplearán en todos los procesos administrativos y judiciales en que sea necesario”
http://sala.clacso.org.ar/gsdl/collect/chavez/index/assoc/HASH01ff.dir/doc.pdf (Consultado 2011, junio 05)
                                                                                                                                                                       
      El antropólogo Esteban Emilio Mosonyi, 1998, señala que es necesario hacer énfasis en la preservación de las lenguas indígenas buscando con ello la conservación de las culturas indígenas ya que cada una de ellas guarda de manera simbólica la totalidad de la cultura a la cual le sirve de recurso expresivo. A través del lenguaje las culturas indígenas narran situaciones cotidianas y testimonio de sucesos históricos, por lo que si escrutamos el discurso de los miembros de una comunidad podemos comprender mejor su modo de vida, si se sistematizan esas experiencias tanto individuales como colectivas se entra en el concepto de la “etnociencia”

     Actualmente en la sociedad occidental manifestamos ciertos prejuicios en contra de las lenguas indígenas, al considerarlas pobres y carentes de méritos como para que la sociedad moderna siga preservándolas, sin percatarnos que en el hablar cotidiano muchas veces empleamos algunos vocablos de origen indígena tales como: auyama, aguacate, araguaney, atol, arepa, batata, cacao, cambur, caraota, casabe, cachapa, coroto, cocuyo, guacamaya, guarapo, chicha, chinchorro, chocolate, hallaca, jojoto,, maraca, mecate, yuca. Según refiere Cesáreo de Armellada se ha determinado que en la lengua Pemón existían 19 fonemas:



a          b          ch         d          e
i           k          m          n          ñ
o          p           r           s          t
u          w          v           y          -










En tanto que no existían los siguientes 11 signos:


 c            f           g            h          j            l            ll           q          rr           x            z        


         Expresa además Armellada que todas sus palabras son agudas por lo que no necesitaríamos usar el acento, aunque en la práctica es útil usarlo. Sobre la “r” encontramos que tiene un sonido suave aún al inicio de las palabras, esto no resulta fácil para quienes hablan el castellano por lo que se ha introducido la costumbre de sustituirla por la letra “l”, siendo ésta mas aproximada a la “rr”, así vemos como hoy se escribe “Lue-pá, Lue-merú, Lue-kén. Sería lógico escribir Loloima y no Roraima, así lo señala Kock Grumberg, añadiendo que ya no será fácil dar marcha atrás.Cesáreo de Armellada (1988). Cuentos y no cuentos: cuentos y relatos de los indios Pemones (Gran Sabana), (pp. 9 - 10).        http://books.google.co.ve/booksid=XYtnkT5WGAcC&pg=PA242&lpg=PA242&dq=cuentos+y+no+cuentos&source=bl&ots=T3RRx4hL9N&sig=cOMO1e4BmoP7p6Avk0hffyvFCOs&hl=es&sa=X&ei=flZlT8mJDaHE0A (Consultado 2012; marzo 10)

         Mosonyi, el defensor de estas lenguas, considera que tales sistemas lingüísticos son tan completos en sus componentes fonológicos, morfosintácticos, semánticos y pragmáticos como pueden serlo el inglés, el español o el árabe, a añade que:
El avance de los procesos de aculturación limita actualmente el desarrollo de las lenguas indígenas. Se ha socavado el prestigio de la lengua indígena a tal punto que la propia comunidad llega a creer que la transmisión del habla nativa obstruye el avance escolar de los niños, dificulta promoción económica de los jóvenes y perpetúa la discriminación de los criollos hacia los indígenas. Se crea una situación de vergüenza étnica que induce a los padres a utilizar únicamente el idioma español con sus hijos. (Mosonyi, 1998, p. 86). 
      Mosonyi sugiere dos mecanismos esenciales para preservar las lenguas indígenas y a su vez su cultura, para ello propone principalmente: dotar de un sistema de escritura a cada uno de los idiomas indígenas, de esta manera se podrán publicar textos didácticos, culturales, proporcionando a cada idioma una literatura escrita, lo que permitirá a su vez reforzar la tradición oral. En segundo orden considera la utilización de la radiodifusión y los medios de comunicación en general, empleando estrategias como el cine, video, teatro, concursos literarios, señalizaciones viales, comerciales, etc.