31 mayo, 2010

¿Qué hacer, asimilarlos o dejarlos en su estado natural?

La situación del aborigen en general es preciso analizarla con detenimiento ya que esta problemática no es de fácil solución.

Opina el Hermano Ginés (1974) de la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle:

"Algunos son partidarios de dejarlos en su propio ambiente, sin intervención alguna, por suponer que tienen el mismo derecho que cualquier otro pueblo a la autodeterminación; otros son partidarios de un contacto discreto para irlos civilizando, preparándolos para que en el momento en que sean asimilados no se encuentren en situación inferior, por su falta de conocimientos, a los criollos; también algunos son partidarios de asimilarlos lo antes posible por todos los medios. Es difícil tomar una posición". Hermano Ginés (1974)

Es una decisión complicada ya que nosotros mismos no logramos adaptarnos a los cambios constantes y vertiginosos de nuestra sociedad actual, por lo que al querer asimilarlos a nuestra cultura “destruiríamos automáticamente la suya, incluido su sistema económico, social, político y religioso” Ginés (1974)

Habría entonces que preguntarnos si ¿lo que ofrecemos es mejor que lo que destruimos? Porque está visto que al tener mayor avance tecnológico, mejores maquinas,  esto inevitablemente conlleva a fabricar armas más potentes y mortíferas y por supuesto más guerras.

Es preciso estar conscientes que nuestra vida en la ciudad es intensa, ello nos genera angustia y stress aún a quienes hemos vivido este cambio de manera progresiva; pensando un poco en ellos podríamos darnos cuenta que no es nada fácil para un ser humano acostumbrado a vivir en la quietud de la naturaleza, con todos sus sentidos adaptados a ese medio ambiente, acostumbrarse a la vida en la ciudad, esta llegaría a constituirse para ellos en un “no lugar”.
Revisar "Los no lugares" de Marc Auge

Es notorio que ellos siempre han huido de nosotros, revisemos  entonces ¿porqué nunca han buscado un acercamiento? ¿porqué siempre tratan de desconocernos?. Está claro que no envidian nada de lo que tenemos y somos. ¿No será que no desean ser como nosotros? Es probable que ese desapego hacia nosotros sea parte de su sabiduría, tal vez sean ellos quienes tengan la razón.

¿Eran caníbales nuestros aborígenes Caribes?

ANTROPOFAGIA.
Acerca de la antropofagia  litúrgica, Lisandro Alvarado nos refiere que Martyr da los siguientes datos, relativos al Caribe de las costas de Venezuela.
"Antes de partir a la guerra echan de antemano suertes entre aquellos que han de ofrendar al ídolo, o toman una de las mujeres (niños) prisioneras, o bien un prisionero y lo ofrendan al ídolo para honrarle y como expiación, a efecto de que les conceda dicha, y la victoria sobre sus enemigos. Embadurnan por completo la imagen del ídolo con sangre del hombre sacrificado, y comen la carne con gran júbilo y alegría. (Lisandro Alvarado p.91)  

Continúa L. Alvarado refiriendo que una creencia extraordinaria, consagrada en una ceremonia terriblemente conmovedora, es la que abrigaban los Guaipunabi, según nos la ha conservado Fray Ramón Bueno.Tenían para sí que los ancianos nunca morían, y en esta persuasión procedían como sigue:

"Viviendo ellos en varios congresos, y en distintas estancias, el más viejo de cualquiera de ellos va a convidar a todas, que para tal día es su muerte, previniéndoles con política concurran a festejarla, no quebrantando la costumbre introduciendo contrarios abusos: agradecidos ellos a tan buena embajada, esperan cuidadosos llegue el tiempo señalado; y partiéndose todos al cumplimiento, son recibidos en la estancia del que va a morir con grandes aparatos de júbilo, en donde, encontrando gran cantidad de bebida, en la noche siguiente ponen a cocinar un ollón de agua en medio del rancho, y en la misma hora principia el baile en rueda alrededor de dicha olla, uno pegado con otro, y el viejo que va a morir va adelante con la macana al hombro, principiando la canción, que es ésta: cayapá cayapá, respuesta gen, gen, gen; y todos van respondiendo; este baile y soneto continúa por toda la noche, llenándose de bebida fuerte; y a la mañana siguiente como al salir el sol, repentinamente se postra dicho viejo en tierra, dándole la macana al que le sigue, y le dice, mátame. Este recipiente le da dos golpes en la cabeza, y saltándole los sesos, todos caen en tierra, y postrados con un llanto de mala gana, se mantienen así, entre tanto que los caseros cortan la cabeza al cadáver y le sacan el mondongo, botando uno y otro; y estando ya el cuerpo limpio, se levantan éstos, y amarrándole como una bola, descoyuntándolo primero, lo meten en el ollón hirviendo, y estando ya bien cocido, se lo comen todos los forasteros, repartiendo en menudos pedazos para que alcancen a probarlo todos. Igual ceremonia y obligación tienen todos los concurrentes cuando algún viejo de sus ranchos viene a convidar a estos". (Lisandro Alvarado p.92)  

Endocanibalismo
Según Alvarado una forma particular de la antropofagia es aquella que evoluciona hacia el simbolismo y está representada en ceremonias prescritas para la celebración de funerales y obsequias o cabos de año. Ya no es la entereza del enemigo ni la longevidad del progenitor lo que se ingiere, sino virtudes y excelencias ancestrales.   
Este endocanibalismo ha sido observado por Koch-Grúnberg entre los Tusháua de Namocoliba en el Brasil, ejemplos característicos ofrecen en Venezuela varias tribus (antiguos Caribe, Cumanagoto, Caquetío, Sáliba). El endocanibalismo en esta forma es un progreso. Desaparece casi del todo el propósito alimenticio, porque son los huesos calcinados de un prócer, mezclados con grasa u otra bebida, lo que ingieren durante el convite funerario (...)  
Esta antropofagia o forma de enterramiento fue el más ordinario en América a la llegada de los Españoles. Fueron varias las modalidades usadas, unas veces se desecaba el cuerpo y se procedía a la ceremonia del convite, otras se desecaba el cuerpo y se guardaba en las casas por largo tiempo, pasados unos años se procedía a volverlos ceniza y se consumían, otras se asaba y comía.
(Lisandro Alvarado p.93)  
Revisado en:   
http://www.eldoradocolombia.com/caribes_y_canibales.html

Virgen del Valle custodiada por indígenas.


Cuenta una leyenda en la Isla de Margarita, que la Virgen del Valle llegó en un navío Español que naufragó, al tratar de enviarla a su destino no lo pudieron hacer porque resultó tan pesada que fue imposible moverla, por lo que se quedó para siempre en la isla.
En una ocasión los indígenas Guaiqueríes, nativos del Poblado, viendo los milagros y la fe profesada hacia la Virgen, la secuestraron y la llevaron a la cueva del Piache, la mantuvieron unos días allá, hasta que ante los ruegos para que fuese devuelta a su ermita, la entregaron. Actualmente las fiestas en honor a la Santa patrona se celebran el 8 de Septiembre, mientras que en el Poblado, donde aún existe una comunidad indígena, la celebran el 11 de Septiembre, así se conmemora hoy en día ese suceso.