18 septiembre, 2010

Nuestros ancestros, su importancia.

Marc Auge hace referencia a el otro en su obra  El sentido de los otros cuando habla sobre ¿Quién es el otro?  Él reflexiona sobre la idea de que el individuo sólo adquiere sentido mediante las relaciones que le rodean, es decir, que un individuo no es nada sin lo social, al igual que lo social no puede existir sin individuos. El individuo no es más que un conjunto de relaciones presentes y pasadas.”  Auge M. (1996).
Cuando se refiere a relaciones pasadas, alude a la huella que han dejado en el individuo sus antepasados, su huella ancestral.

MITO Y RITO EN LA SOCIEDAD WAYÚU - 1a parte



El MITO Y EL RITO 

SU ORIGEN, COSTUMBRES Y RITUALES EN EL PUEBLO WAYUU




En esta oportunidad trataremos el tema del  “mito” y el “rito”esta actividad pretende que como grupo humano aprendamos a conocer al “otro”, que nos demos cuenta que existen otros seres humanos que conforman grupo y clanes;  que tienen sus propios ritos, normas, leyes; preguntémonos porque algunas veces “los otros” nos parecen tan ajenos, tan disimiles; será tal vez por su cultura, por su religión, o por el espacio físico diferente que ocupamos, todo esto es cierto aunque siempre va a existir ese punto de encuentro, ese lazo que nos une, esto pasa porque el otro y nosotros somos humanos y como tal, necesitamos del entorno, precisamos de  nuestros semejantes para que la vida sea más llevadera, para que sea  posible.
Esto es necesario dado que el hombre es un ser social y como tal constituye grupos. Cuando aprendemos a conocer y aceptar al “otro” tal cual es, sin pretender cambiarlo, en esa misma medida nos adentramos en nosotros mismos, nos auto aceptamos.
  

CRIMEN Y OTREDAD.

Considero pertinente referir  que  nací en el estado Zulia, por lo tanto los Wayuú como grupo humano es ligeramente familiar para mí; aunque suelen verse por la ciudad de Maracaibo haciendo vida, nunca llegan a integrarse, no son accesibles para el resto de la sociedad, además desde el momento en que hablan otro idioma  ya está estableciéndose la primera barrera. Son hoscos y gregarios. Evoco haberlos visto muchas veces  en la laguna de Sinamaica,  en Paraguachón, cuando viajábamos a Maicao (Colombia).
Viene a mi memoria una imagen,  un día completo de viaje en un Chrysler del 48, en plena agonía de la tarde, cuando mi cuerpecito de niña extenuado pedía descanso, ahí en medio de la nada, aparece en nuestro camino el hotel Caimarechico, habíamos pernoctados algunas veces en ese sitio. Instalaciones decoradas en blanco y azul celeste, piscina, trampolín, y al fondo un mar, el mar, en donde su costa se extiende hasta donde te llegue la mirada, ese mar con sus incesantes olas oceánicas tiene una particularidad, sus olas son casi uniformes y allá en donde la ola choca flota una vaca,  no sé cómo llegó hasta ahí, pero está una vaca en el mar en ni recuerdo. Era impresionante ver viajar  a los guajiros – Wayuu – era un espectáculo muy colorido, sus chirrincheras o camiones con barandas adornados  con colores fuertes y contrastantes. Veía como las mujeres guardaban, bajo su  amplia manta todo lo que podían (…) y a la hora de pasar por la aduana, éramos requisados, ellos por un lado, nosotros por un lado aparte.
 Armaban líos, es decir hablaban con gritos y parecía que estaban peleando, (tal vez yo lo veía así) pero quizá ese es su comportamiento habitual o pudiera ser, que los guardias los extorsionaban, (eso creí siempre) por el contrabando que trataban de pasar; por eso se  defendían, por eso gritaban. Ellos se sienten despreciados y rechazados; tienen razón, porque existe una segregación social contra el indígena americano, notoria, está vigente, se percibe.

Recuerdo que nosotros les temíamos, se nos decía que eran vengativos, por otro lado, siempre han sido muy sonados los casos decrímenes y venganzas de los guajiros.  Ellos cobran venganza, se matan unas familias contra otras, lo hacen a plena luz del día y sin importarles los testigos, porque al fin y al cabo, la justicia que impera para ellos es la de su clan. Muchas veces las autoridades no intervienen por temor a represalias que ellos puedan tomar. En las páginas rojas de la región - Diario Panorama – suele verse  que cuando aparece la noticia de un caso de venganza entre ellos, siguen apareciendo muertos, durante días, hasta que saldan sus cuentas. Nadie interviene. (Es lo que recuerdo, actualmente no tengo testimonio propio)
Se dice por esos lados  ¡Cuídate de un filúo! Llaman Filudo  o filúo a uno de los pueblos indígenas de la Goajira y a sus habitantes también se les llama filúo.


                              En esta foto mi hermana Milena y yo disfrazada de Guajiras.

Al parecer en una búsqueda de integración social, dado que en ese momento aunque  convivíamos en la  misma ciudad, ellos se comportaban como testigos mudos de una realidad aparte. Sucedió que me intrigaban tanto los indígenas que logré disfrazarme de guajira, conquistando así, poder sentirme una de ellos, sentimiento que mantengo hasta hoy.

España reconoce la palabra Indígena después de 518 años


http://www.biodiversidadla.org/Principal/Contenido/Noticias/Espana_reconoce_la_palabra_Indigena_despues_de_518_anos

El próximo 9 de septiembre, la Casa de América de España, entregará el Premio Bartolomé de las Casas en su XIX Edición, a el Tejido de Comunicación de la ACIN.
El próximo 9 de septiembre, la Casa de América de España, entregará el Premio Bartolomé de las Casas en su XIX Edición, con el que hace un reconocimiento a la “labor en el ámbito de la información del Tejido de Comunicación y Relaciones Externas, que incorpora y articula las estrategias comunicativas tradicionales con los medios tecnológicos para informar, reflexionar y decidir con el propósito de defender la vida de las personas y la pervivencia del territorio” dentro del proceso organizativo liderado por la ACIN en el norte del Cauca.
La representación de la comunidad de la zona norte del Cauca en España estará a cargo de Jorge Arias, consejero mayor de la ACIN y Edgar Yatacué, integrante del Tejido de Comunicación de la ACIN. La ACIN está construida por el esfuerzo de comunidades, comuneros, cabildos, proyectos comunitarios y por el esfuerzo anónimo de decenas de miles de personas que incluye a muchos que han dado la vida sin ningún reconocimiento. Este premio Bartolomé de las Casas es para ellas y para ellos. Por haber caminado la palabra, hoy su esfuerzo no ha sido en vano. Es a ellas y a ellos, los desconocidos, los ignorados a quienes dedicamos nuestra gratitud y reconocimiento.
Irónicamente, España es el escenario donde se hará el reconocimiento a un trabajo digno hecho por comunidades que se resisten al modelo de codicia que asesina y también donde se premiará a Álvaro Uribe Vélez, uno de los promotores de ese modelo mezquino. Este reconocimiento se le hace –supuestamente- por su ‘apoyo a las víctimas del terrorismo’, a las víctimas del país cuyo gobierno afirmó que no existía ni conflicto, ni víctimas. A aquellos que fueron (y siguen siendo) invisibilizados, difamados, agredidos y que siguen esperando un proceso de justicia y reparación.
Este premio también es para ellos. Es un estímulo para continuar el trabajo con las comunidades, para visibilizar los procesos de resistencia de los sectores y organizaciones en todo el mundo que, con sus objetivos particulares, comparten la meta de todos los pueblos que consiste en defender la vida. Por eso es importante seguir dedicando nuestros esfuerzos y capacidades al fortalecimiento del proceso de resistencia pacífica y a la construcción de alternativas tejidas en diferentes rincones del mundo, donde, como en el norte del Cauca, como en toda Colombia, el proceso de comunicación ha sido fundamental para visibilizar, fortalecer y proteger los planes de vida y para denunciar constantemente la agresión que se origina desde el modelo económico transnacional.
Fuente: Enlace Indígena

Plumas



Fotografía: Jesús E. Quintero

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Fotografía: Jesús E. Quintero