El encuentro intercultural: Españoles, africanos e indígenas
Carta del Almirante Cristóbal Colón a los Reyes Católicos.
La Carta de Paria confeccionada por el Almirante Colón, que era la primera, la precursora de todas las cartas marítimas de la época, de un periplo o derrotero, como se le solía llamar antiguamente, obedeciendo a sus incógnitas del destino desaparece, sin dejar rastros de ninguna clase. Pero se puede afirmar sin temor a equívocos, que todos y cada uno de los cien o mas capitanes que según el doctísimo historiador Frances Henri Harrise cruzaron el Océano Atlántico en el siglo XVII, llevaban con ellos, celosamente guardada, una copia de esta célebre Carta de Paria, del Almirante Colón, completada según Francisco Morales, en el Golfo de Paria en Agosto de 1498.
Se pierde así, en la noche eterna de los siglos el monumental testimonio cartográfico del Almirante Colón, de su descubrimiento de Tierra -Firme (Venezuela) según refiere Vega Pagán, pp. 386 - 387.
Colón en su III viaje – Carta del Almirante Cristóbal Colón a los Reyes Católicos
“Serenísimos e muy altos e muy poderosos Rey e Reina Nuestro Señores (…) La Santa Trinidad movió a vuestras altezas a esta empresa de las Indias y por su infinita bondad hizo a mi mensajero de ello, al cual vine con la embajada a su real consptu, movido como a los más altos príncipes de cristianos y que tanto se ejercitan en la fe y acrecentamiento de ella. (…) Oí historias que contaban sobre las muchas riquezas de estas tierras y zarpe en nombre de la Santísima Trinidad (…). Regresé presto con la experiencia. Enviáronme de nuevo vuestras altezas y llegué a descubrir 333 leguas de tierra firme (fin de oriente) y 700 islas, todo en el primer viaje, además de la Isla La Española donde me esmeré en imponerles obligaciones para con la corona como pagar tributo a los Reyes y Señores, además de todo el oro que traje como muestra”. (Diario de a bordo – Libros de El Nacional p. 183)
Diario de a bordo del tercer viaje del Almirante Cristóbal Colón.
Miércoles, 30 mayo 1498
“Ahora en mi tercer viaje (…) En la mañana, he zarpado en nombre de la Santísima Trinidad, de la Villa del puerto de San Lucar de Barrameda al mando de 6 naves (que atravesaran el Mar Océano con rumbo a las Indias descubiertas por mi 6 años antes, en 1942) partí bien fatigado de mi viaje, adonde esperaba descanso, cuando yo partí de estas Indias, se me dobló la pena y navegué a la isla de la Madera por camino no acostumbrado, por evitar escándalo que pudiera tener con la armada de Francia, que me aguardaba al cabo de San Vicente”
Jueves, 7 junio de 1498
“Llego a la Isla de Puerto Santo donde paro a tomar leña y agua y refresco, oigo misa y hallola toda alborotada y alzadas todas las haciendas (…) aquella noche parto para isla de Maderas”
Puerto Santo era un lugar de muy gratos recuerdos para el Almirante Colón pues fue aquí donde vino a residir a raíz de su primer matrimonio, con la dama portuguesa doña Felipa Moñis Pallestrello, y donde forjó y planificó su exitosa “empresa de Indias”, cuando todos lo consideraban un loco soñador de ínsulas.
Domingo, 10 junio de 1498
Llega a la isla de Madera. En Villa Funchal fue muy bien recibido por las autoridades regionales y los pacíficos moradores de aquel lugar por ser allí muy conocido ya que fue vecino de ella en algún tiempo.
Sábado, 16 junio de 1498.
Abandonó la Isla de Madera, rumbo a la isla de la Gomera.
Este es el último puerto de escala antes de lanzarse de nuevo a las inmensidades del Océano Atlántico
Martes, 19 junio 1498
“Hoy ha llegado la flota a la isla La Gomera, donde escarmentamos a un navío francés que se había apoderado de dos navíos españoles. Desde acá enviaré tres naves a la isla La Española con hombres y suministros y Yo seguiré con las tres naves restantes a las islas de Canaria, de donde partí con una nao y dos carabelas. La Nao capitana Castilla, con 150 Ton comandada por mí, además de La Vaqueños, carabela de 70 Ton al mando del capitán Hernán Pérez y la, El Correo “una carabelilla sotil” al mando del capitán Pedro Terreros”
A tal efecto, Colón designó capitanes de navíos a Alonso Sánchez Carvajal, Regidor perpetuo de la ciudad de Baeza; a su cuñado Pedro Arana de la ciudad de Córdoba y a su sobrino Juan Antonio Colombo, que había venido de Génova (Italia), para abrazarse al carro triunfal de su ilustre tío. Procede, en consecuencia, a cursar instrucciones a estos tres capitanes, ordenándoles “que una semana uno, otra semana otro, fuese cada uno Capitán general de los tres navíos” Aquí en la Gomera volvió el Almirante a apertrecharse de agua, leña y otros bastimentos, especialmente quesos.
Jueves, 21 junio 1498
En esta fecha sale del puerto de la Gomera vía isla de Hierro, con intención de navegar al Sur de las Canarias.
“(…) Y yo navegué al austro con el propósito de llegar a la línea equinoccial y de allí seguir al Poniente hasta que la isla Española me quedase al Septentrión”
Navegó el Almirante Colón por esta ruta para ver si había islas o tierras firmes y dijo que creía que aquel camino jamás lo había hecho nadie y que aquel mar era muy incógnito. Saliendo de la Gomera le comenzó el primer ataque de gota al Almirante Colón, sobreviniéndole a los cuatro días una gran fiebre, lo que no impedía que fuera anotado en su Diario las etapas y el cambio del tiempo. Este mal y el de la vista le aquejarían fuertemente durante todo el transcurso del viaje.
Al pasar la isla del Hierro se separaron las dos armadas, la una rumbo a La Española y la otra a su cita con la historia en Tierra Firme (Venezuela) según refiere Vega Pagán (p 366).
Miércoles, 27 junio 1498
Tomada la derrota (ruta) de las islas de Cabo Verde después de pasar la isla del Hierro, en esta fecha vio la isla de Sal y pasó frente a la de Buenavista, permaneciendo dos días en estos parajes.
Sábado, 30 de junio y Domingo, 1 de julio de 1498.
“Parto de las islas de Cabo Verde, vía la isla de Santiago a la cual llego el Domingo, 1 de julio”
Don Fernando Colón hijo y primer biógrafo del Almirante Colón, en su obra Vida del Almirante Don Cristóbal Colón, que es una de las pocas fuentes sobre el Diario de Abordo del tercer viaje de Colón afirma que siguió el siguiente itinerario:
Jueves, 5 julio de 1498
“Partió el Almirante, la vuelta Sudoeste con designio de navegar hasta meterse debajo de la línea equinoccial, y de allí seguir su viaje hacia Occidente, hasta hallar tierra o ponerse en paraje desde donde poder atravesar a la isla Española, mas porque entre aquellas islas son muy grandes las corrientes hacia el Norte y el Noroeste no pudo navegar como quería”. Refiere Pagan, p.378
Sábado, 7 julio de 1498.
“Estaba a vista de la isla del Fuego, que es una de las de Cabo Verde, la cual es tierra muy alta hacia mediodía (…) y es un altísimo pico de donde cuando quieren soplar Levantes, suele salir fuego, como sucede en Tenerife, en Vulcano (…) y siendo esta la ultima tierra de los cristianos que vi, seguí viaje hasta que me hallé a distancia de cinco grados de la equinoccial y allí se calmó el viento, habiendo navegado continuamente con la niebla que hemos dicho”.
Viernes, 13 julio de 1498.
“Mar en calma ocho días.(…) y, llegando a las islas de Cabo Verde, falso nombre, porque son tan secas que no vi cosa verde en ellas y toda la gente enferma, que no osé detenerme en ellas, y navegue al Sudoeste cuatrocientas ochenta millas, que son ciento veinte leguas, adonde, en anocheciendo, tenía la estrella del Norte a cinco grados. Allí me desamparó el viento y entré en tanto ardor y tan grande que creí que se me quemasen los navíos y gente, que todo de un golpe vino tan desordenado que no había persona que osase descender debajo de cubierta a remediar la vasija y mantenimiento. (…) flotamos a la deriva en un mar que parecía aceite. Duró este ardor ocho días, al primer día fue claro, y los siete días siguientes llovió e hizo nublado, y, con todo, no hallamos remedio, que cierto si así fuera de sol como el primero. Yo creo que no pudiera escapar en ninguna manera. Y yo seguí con propósito de non mudar derrota fasta adonde yo había pensado que fallaría tierra y allí adobar los navíos y remediar si pudiese los mantenimientos y tomar agua que no tenía”
Diario de a bordo. (p. 187) en Los libros de El Nacional.
Sábado, 14 julio de 1498
“Tenía el Norte en siete grados, y se vieron grajos negros y blancos, que son aves que no se alejan mucho de tierra”
Jueves, 19 julio de 1498
“Mar en calma pero luego sucedió buen tiempo con el que nos separamos de aquel fuego”
Domingo 22 y lunes 23 julio de 1498.
“Durante toda esta semana hemos estado viendo señales que indican la proximidad de tierra. Un alcatraz visitó la Nao Capitana y espero encontrar tierra muy pronto”
Descubrimiento de la isla de Trinidad.
Relata Don Fernando Colón los interesantísimos acontecimientos de los días 31 de julio, y los siguientes 1, 2 y 3 de agosto de 1498.
Martes 31 julio de 1498.
“Al ver tierra el Almirante Colón, cambió de rumbo hacia un cabo “que parecía estar al Poniente, que llamó de la Galera” (…) Habiendo navegado el Almirante muchos días hacia Occidente, pensando que quedaban las islas de los caribes al Norte, determinó dejar aquel camino y volver a La Española, no solo porque le faltase el agua, sino porque todos los bastimentos se destruían, y porque dudaba, si en su ausencia hubiese sucedido algún desorden o sedición, como en efecto había sucedido”
“Navegando una mañana por este camino, quiso Dios que a la hora del mediodía, viese tierra al Occidente un marinero de Huelva llamado Alonso Pérez Nicardo, que se había subido a la gavia y vidó al poniente tres mogotes juntos, a un tiempo. Dijimos la Salve Regina y otras prosas y dimos todos muchas gracias a Nuestro Señor (…) volví hacia la tierra, adonde yo llegué a hora de completas a un cabo al cual dije de la Galera, después de haber nombrado a la isla de La Trinidad, por haber pensado poner este nombre a la primer tierra que hallase”.
Miércoles 1º agosto de 1498
“En la tarde desembarcó la gente con grande alegría en la isla que llamé Trinidad, en una punta que me pareció Alcatraz y llamé de la Playa, donde mis hombres tomaron agua de un bellísimos arroyo; pero en todo aquel contorno no hallaron gente, aunque si vieron pisadas de pescadores, que habían huido, dejándose algunas cosillas que servían para pescar. Hallaron (mis hombres) también muchas huellas de animales que parecían de cabras, y vieron los huesos de una, pero por que en la cabeza no tenia cuernos creyeron que podía ser algún gato mamón o mono, como después supieron por haber visto luego (en Paria) muchos gatos semejantes”
Comenta el padre Bartolomé De las Casas en su Relación sobre el descubrimiento de Tierra Firme (Venezuela)
Ese mismo día, navegando entre las dos puntas referidas, sobre la mano izquierda vieron la Tierra Firme a 25 leguas de distancia aunque pensaron que era otra isla y creyéndolo así el Almirante le puso el nombre de Isla Santa. No vieron puerto alguno pero el lugar era muy hermoso y los árboles hasta la mar, con muchas poblaciones, casas y grandísima amenidad, cuya jornada pasaron en brevísimo tiempo porque la corriente del mar era tan veloz hacia Occidente, que parecía un río rápido Refiere De las Casas
Dice Colón “Me sorprenden grandes olas de agua dulce, creo que estoy en las inmediaciones de un enorme río. Avisto desde acá lo que llamaré Punta Bombeador y a esa región le diré Tierra de Gracia, aunque no sé si sea una isla o no”.
Jueves, 2 de agosto de 1498
Después que vieron que no podían tomar lengua de la gente de la tierra en la Punta de la Playa, ni abastecerse de toda el agua necesaria, ni remediar los navíos, siguió el Almirante su viaje el día siguiente.
“Vino de hacia oriente y empezó a seguirnos una grande canoa con veinticuatro hombres, todos mancebos y muy ataviados de arcos y flechas y tablachinas, de buena disposición, no negros, salvo mas blancos que otros que haya visto en las Indias, y de muy lindo gesto y hermosos cuerpos y con cabellos largos y llanos, cortados a la guisa de Castilla y traían la cabeza atada con un pañuelo tejido a labores y colores, el cual creía yo que era almaizar. Otro de estos pañuelos traían ceñido y se cobijaban con él en lugar de pañetes. Muchos traen piezas de oro bajo colgadas al pescuezo. Tienen canoas muy grandes y bien hechas, así como livianas, con un apartamiento en el medio como cámara en donde van los principales y sus mujeres. Cuando llegó esta canoa habló de muy lejos, hablaban a gritos. Yo ni otro ninguno los entendíamos, aunque se podía discurrir que preguntasen que gentes éramos nosotros y de dónde veníamos. No habiendo modo de persuadirlos con palabras que se allegasen a los navíos, empezamos a enseñarles diferentes cosas a ver si las codiciaban, como bacines de metal, espejos y otras cosas que lucían, pero aunque se acercaron un poco, viendo estas cosas se volvían atrás, y a pararse, como que dudaban, por lo cual y también para alegrarlos con alguna fiesta, hice subir a la popa un tamborín y otro que cantase y algunos mozos que hiciesen una danza. Y, luego que vieron tañer y danzar; todos dejaron los remos y echaron manos a los arcos y los encordaron y embarazó cada uno su tablachina y comenzaron a tirar flechas a los que danzaban, los cuales dejando la danza empezaron a tirarles con las ballestas, porque no quedasen sin castigo, ni despreciasen a los cristianos; de modo que les costó mucho retirarse, pero siguieron a lo largo a otra carabela, La Vaqueños, a la cual se acercaron sin miedo ni tardanza. El piloto entró con ellos en la canoa y dio un sayo y un bonete al hombre principal y quedó concertado que le iría hablar allí en la playa y ellos les traerían de sus cosas y de su pan. Señalan que recogen el oro en tierras al poniente, en lugar alto, más no lejos de ahí. Ellos luego se fueron con la canoa esperándole. Y él como no quiso ir sin mi licencia, como ellos le vieron venir a la Nao con la barca, tornaron a entrar en la canoa y se fueron y nunca más los vi, ni a otro en esta isla. Llamé a este lugar Jardines”
Este lugar es lo que hoy se llama Guiria, según refiere Pagan, p. 367.
Viernes, 3 agosto de 1498
Estando en esta punta del Arenal, que es el fin de la isla de Trinidad, vido hacia Norte, a distancia de 125 leguas, un cabo o Punta de la misma Tierra Firme el Almirante creyendo que era otra isla distinta púsole por nombre La Isla de Gracia y esta es la que ellos le llaman Paria.
Domingo, 12 agosto de 1498.
“Tengo sentado en el ánima que allí es el Paraíso Terrenal, enviaré el adelantado con 3 navíos a ver más adelante y descubrirán todo lo que pudieren hacia aquellas partes”
Lunes, 13 agosto de 1498
Después de muchas vicisitudes logra el Almirante salir por Boca de Drago, con destino a La Española.
“(… ) y llegando a la Boca del Drago antes del mediodía, hallo una gran pelea entre el agua dulce por salir a la mar y el agua salada de la mar, por entrar al golfo, tan recia y temerosa que levantaba una gran loma, como un alto cerro, con tan grande ruido, que atemorizaba, y en este momento dije que si de allí escapábamos, podíamos hacer cuenta que nos habíamos liberado de la Boca del Drago (de ahí el nombre).
Quiso Dios que la misma agua dulce, venciendo a la salada echó sin sentirlo, los navíos fuera hasta el Golfo que llamé de las Perlas. Rodeé toda esta tierra por el sur a ver si toda esta agua procedía de ríos como afirmaban los marineros, aunque yo no lo creía porque me parecía que ningún río del mundo puede llevar tanta agua, si ya no fuesen Tierras – Firmes. Di nombres a los Cabos de Conchas, Caboluengo, Cabo de Sabor, y Cabo Rico. Al salir de la Boca vi una isla al Norte, veintiséis leguas, la llamé de la Asunción, a otra La Concepción, otras tres isletas, Los Testigos y a otra Cabellas de Romero, a otras pequeñas las Guardas”
Martes, 14 agosto de 1498
“Entre tanto yo enviaré a Vuestras Altezas esta escriptura y la pintura de la tierra y acordaran lo que en ella se deba hacer con la ayuda de la Santa Trinidad”
Miércoles, 15 de agosto de 1498
“Avisto desde aquí tres islas, llamaré a la más grande Isla de Margarita”
Camino de La Española divisó la “Isla Margarita”, en la cual comprobó que sus habitantes pescaban perlas. Cerca de ella otra isla el Martinete. Tiene la Margarita quince leguas de largo, y seis de ancho, es muy verde, y graciosa, y estaba poblada de gentes. Está a siete leguas de la Tierra firme con la que hace un Golfete y en medio están dos isletas, la una Cubagua adonde se han cogido muchas perlas; y la otra Cochen (venado) (…) habiendo andado cuarenta leguas fuera de la Boca del Drago, y muy malo de los ojos de no dormir ante tantos peligros, y como veía que la tierra iba muy extendida para abajo al poniente, vino en conocimiento que tierra tan grande no era isla, sino Tierra Firme, la cual vio el 1º de Agosto de 1498. Pagan, p.376
Lunes 20 agosto de 1498
Llegó a la nueva capital de las Indias, La Española, que había sido fundada en 1496 por su hermano Bartolomé en el sur de la isla de La Española.
Lunes, 18 octubre de 1498
El Almirante Colón despacha, desde La Española (Santo Domingo), una armada de cinco navíos hacia la Madre Patria, comandada por el capitán Pedro Niño Alonso, la cual lleva a mano la celebre Carta – Relación a los Reyes Católicos, que llevaba anexa la “pintura” o “mapa” de toda la costa de Paria y Trinidad, llegaron a Castilla por Navidad.
Durante su histórico recorrido por las costas Parianas, el Almirante se mantuvo todo el tiempo tomando notas de la topografía de aquellos parajes y registrando y carteando en su mapa o padrón todos los nuevos y asombrosos pormenores de aquel extraordinario continente que tan majestuosamente afloraba ante los maravillados nautas que le contemplaban. Pagan, p.383.
Diciembre de 1498
El Obispo Juan Rodríguez de Fonseca, tan pronto tuvo en sus manos la “pintura” o “mapa” (Carta de Paria), que el Almirante Colón había confeccionado y remitido a Sus Altezas los Reyes Católicos, ordenó de inmediato a sus cosmógrafos hacer copias de la misma para distribuirlas entre sus más allegados pilotos mayores.
Esta carta fue entregada por el Obispo Fonseca a su protegido y amigo el Capitán General Alonso de Ojeda, quien la utilizó en su primera expedición a Tierra Firme (Venezuela), en abril de 1499. Luego se nutrieron de ella notables navegantes y descubridores como Américo Vespucio, Juan de la Cosa, Pero Niño Alonso, Yáñez Pinzón e infinidad de navegantes. Pagan, p. 383.
En 1500, los Reyes Católicos, tras conocer determinados hechos que ponían en entredicho la actividad de Cristóbal Colón como virrey y gobernador de las Indias, enviaron a Francisco de Bobadilla para sustituirle. Éste desembarcó en Santo Domingo el 23 de agosto de ese mismo año.
La situación en que encontró a la colonia era grave: la mayoría de los españoles, encabezados por Francisco Roldán, se había rebelado contra la autoridad de los Colón. La llegada del virrey no resolvió el problema. Las quejas contra la familia Colón, agravadas con algún que otro proceder dudoso del propio almirante, como ocultar el criadero de perlas de Margarita y de la cercana isla de Cubagua, llegaron a la corte y los Reyes decidieron destituirlo. Hubo cierta resistencia por parte de los Colón, lo que explica algo la dureza de Bobadilla.
1º de octubre de 1500
Cristóbal, Bartolomé y Diego Colón regresaron a España cargados de cadenas.
El Historiador Venezolano Guillermo Morón en su extraordinaria obra , Los Orígenes Históricos de Venezuela, en una apreciada y juiciosa apreciación, refiriéndose al histórico recorrido del Almirante Colon y su armada por las costas parianas establece: (…) Y luego, “después de describir las diversas costas, aguas, corrientes y bocas situadas entre la Isla de Trinidad y la costa de Cumaná, y de establecer algunas pruebas que le permiten sospechar en el “paraíso terrenal”, que va a situar de inmediato. Todo este proceso se encuentra en su Carta a los Reyes Católicos, escrita desde la Isla de Santo Domingo, inmediatamente después de su tercer viaje.
Continúa Morón diciendo: El proceso psicológico del Mito tiene lugar después del día 1º de agosto de ese año de 1498 y antes del 13, cuando sale del golfo por las bocas del Norte, boca del Drago.
El 1º agosto 1498, “vido al Sur la Tierra-Firme”;
El 3 agosto 1498, “vido y descubrió a Paria”;
Lunes 13 de Agosto, “en saliendo la luna” sale del golfo y llega al cabo de la playa, “que es el de Paria”; así que salió, ese día de dicho golfo y de la peligrosa boca del dragón. Pero solo consignará de manera expresa su convicción en la mencionada carta. Aunque ya lo había expuesto en su diario del primer viaje, el 21 de febrero de 1493, cerca de las Azores, cuando anota:
“Bien dijeron los sacros teólogos y sabios filósofos que el paraíso terrenal está al fin del oriente, porque es un lugar temperadísimo; así que aquellas tierras que agora había descubierto es el fin del Oriente”.
Pero la comprobación no la encuentra sino en su tercer viaje, cuando ya tiene elementos suficientes para referirlo positivamente.
Pagan, pp.376 -377.
Coincidiendo con la opinión de Morón, nuestra notable investigadora y escritora Venezolana María Elena Huizi, en su contundente artículo publicado en la Revista Pequiven, edición de Enero-Febrero 1989, titulado
“Entre la historia y la fábula: Macuro”,
(…) “Enfermo y cansado el Almirante Colón llega a la Punta del Arenal, al extremo Sudoccidental de la isla. Desde allí, hacia el Poniente divisa la tierra que bautizará “Tierra de Gracia” Esos ojos enrojecidos y cansados, esa mente y alma ya poseídas más por el Mito que por la historia y la geografía, estaban mirando la tierra firme que luego se llamaría America; estaban, sin saberlo, ante la imagen primera de lo que en ese instante era y sería, uno de los mas grandes acontecimientos de la aventura humana: lo que ha sido llamado por la historia y la Tradición, “El Descubrimiento de Tierra Firme Americana”, “El Descubrimiento del Continente Americano”
Continúa Huizi diciendo que: “Cuenta la tradición que los indígenas habitantes de Paria al ver a los españoles exclamaban !Macuro! !Macuro! !Macuro!, que en su lengua significaba ¡Hombre Blanco! De allí el origen del nombre de este pueblo de la costa Sur de la parte más oriental de Paria”. Finaliza su artículo expresando que:
El Macuro de hoy se sostiene, al igual que su muelle destartalado, unas veces sufriendo, pero las más de las veces riendo y brillando recibiendo a las lanchas de pescadores del Morro o Margarita y de cuando en vez los hermosos veleros de gente rubia y sencilla que desde los países escandinavos vienen a visitarlo como a un paraíso terrenal.
Frente al mar, Macuro se sostiene, como el Padre Tiempo y como un niño fuerte hecho de la materia de las montañas de Paria, ante lo impredecible”. Huizi en Pagan, pp. 372 -373.
Este es el período más discutido y cuestionado por los historiadores colombinos, respecto al descubrimiento de Tierra Firme (Venezuela), cuya superficial exploración apenas tomo alrededor de diez días.
En esta oportunidad escogí este relato del “Periplo de Colón, en su tercer viaje”, por varias razones; una de ellas por que este tema me apasiona y lo vengo trabajando desde hace algún tiempo.
Anexole una postal de mi obra participando en elSalón Cartografía Plástica (2000), en donde represento “La Carta de Paria” Colón en su tercer viaje toca lo que hoy es Venezuela y me parece fantástico el hecho de que haya podido salir con bien de una travesía tan peligrosa como es pasar por debajo de Isla de Trinidad, con la turbulencia del Delta, atravesar la temible Boca de la Sierpe y del Dragón, sin tener noción de las muchas cosas que desconocía, tal como que toda esa tierra era continente y no isla; que ese torrente de agua dulce era un caudaloso rio y no mar; además el primer encuentro de nuestros originarios pobladores con otra cultura,esa alteridad que se produjo en ese memorable instante. Finalmente en ese viaje Colón toca la isla de Cubagua y avista la Isla de Margarita y se da cuenta que en el golfo de Paria hay oro y que en nuestras islas hay muchas perlas.
Y como dice la profesora Wayuu Gladys González, no es el momento de ponernos a ver para atrás y mirar con rencor si los descubridores mataron a muchos indios o les cambiaron oro por espejos, lo cierto es que fue un suceso importante, que cambió la historia del mundo y como tal hay que verlo.
Hasta acá la primera entrega de este relato, me gustaría profundizar en el hallazgo milagroso del mapamundi del Almirante Piris Reis, confeccionado en el año 1513, que contiene la reproducción del mapa perdido del Almirante Colón, (la Carta de Paria), y que apareció mucho tiempo después en Estambul, Turquía, en el año 1929.
¿Como llega tan inestimable pieza histórica a las manos el Almirante Piris Reis? Ese es un misterio y se tejen muchas versiones sobre ello.
Continuaré revisando sobre este interesante tema.
Revisión Bibliográfica
Cartografía Plástica, Carta de Paria – Postal. - Zulay Castañeda. 2000.
Colón Cristóbal, Diario de a bordo. Los cuatro viajes del Almirante y su testamento. Libros de El Nacional. Ed. Torino: Caracas Venezuela. pp. 183 – 206.
El Nacional Domingo 24 Mayo de 1998. p. H6 / Universidad de Harvard 1939
Pagan, E. V., (1990) El Almirante - la extraordinaria saga de Cristóbal Colón, Monte Ávila Editores: Caracas Venezuela, Cap. 17, pp. 355 – 379