Relatos gatunos - Cuento infantil
Lulú y Kiko
Un buen día el barbero Galo regresó desde Francia a esa isla donde vivía Dianita trayendo consigo una pareja de gatos Siameses del más puro linaje.
La noticia corrió rápidamente por el pueblo y la tía Juana encargó a Fransua una pareja de esos preciosos gatitos para cuando su gata pariera. Nacieron los mininos, la gatita francesa había viajado preñada desde aquel remoto lugar. Las crías crecieron y una tarde llevaron una parejita de gatitos a casa de la tía Juana y los llamaron LULÚ y KIKO.
Estos pequeños mininos alegraron el hogar con sus juegos, retozaban todo el día, jugaban a la pelota y comían sardinas frescas traídas desde la playa cercana. Diana se enteró de la llegada de los gatitos a casa de su Tía y por supuesto encargó una cría cuando Lulú pariera;
-. Indudablemente que una gatita será para ti, Dianita, dijo con cariño su tía.
Inesperadas la Tía Juana se mudó hacia la Capital encomendándole a Dianita sus queridos gatos LULÚ y KIKO para que se encargara de su crianza. Diana no podía creer que tuviese en sus manos una pareja de esos hermosos gatos y además Lulú esperando cría; fue un inesperado regalo.
Lulú se encariñó con Dianita desde que la vio e hicieron muy buena amistad, acompaño a Diana durante 23 años. Del primer parto de Lulú nació LUCKY.
Esta era una gatita hermosa de un tamaño especial, pequeñita y con un dientecito menos de lo habitual, 5 incisivos en la mandíbula inferior de manera que si se llegara a perder podrían reconocerla. Lucky se hizo rápidamente la consentida de la casa. Un día KIKO salió a recorrer el mundo y abandonó la manada.
Tuvieron que hacer malabarismos para conseguir un gato de la misma raza y continuar teniendo gatitos de casta, para ello Diana contactó a unos criadores de gatos Siameses y viajó a una cuidad vecina a comprar un nuevo ejemplar de pura raza. Así llegó Bossi (…)
