23 mayo, 2011

Ritual con fuego


     El juego con la cera de abejas y la parafina proviene de rituales hogareños heredados, tales como encender velas a las ánimas de los muertos, esto ha llevado a la artista a incorporar de manera habitual tales elementos en su obra. Algunas veces agrega restos de animales u otros elementos que al solidificase quedan incorporados a la cera, semejando así el paso del tiempo cuando se traga los recuerdos, sobreviniendo inevitablemente el olvido, tal como han sido olvidados esos seres originarios dado el empeño de muchos por negar la narración de los verdaderos hechos.                                                                           
     Al usar la cera de abejas y la parafina, es menester el empleo del elemento calor, necesario para hacerlas manejables, algunas veces emplea el fuego, otras veces usa el calor del sol, muy propio del clima isleño donde vive. Durante el proceso se coloca la cera y/o parafina en envases metálicos ya que estos conducen mejor el calor, los materiales son dejados a pleno sol, por lo que una vez derretida la cera, ésta puede manipularse de la manera deseada.

22 mayo, 2011

EMPALAR



Empalar: suplicio de origen turco, era uno de los más terribles tormentos, sentaban desnudos a los cautivos en estacas sembradas en la tierra en forma de cruz con punta muy aguzada metiéndosela por el recto, partiéndole los intestinos y les salía por la boca.



Bosque de empalados

Ilustración:  / Daniel Marazuela Prada.


20 mayo, 2011

PROCESO DE PREPARACIÓN DEL EXOESQUELETO DE UNA LANGOSTA.



Proceso de preparación del exoesqueleto de cangrejas
http://www.youtube.com/watch?v=kYVQGTrHxHI

Proceso de preparación del exoesqueleto de cangrejas 2.
http://www.youtube.com/watch?v=cDhXfJR_-7A&feature=related

REESTRUCTURANDO ELEMENTOS DESESTRUCTURADOS





Encuentro elementos desestructurados que en otro tiempo han sido estructuradores de vida; estructuras de entidades que existieron pero que ya no están y que hoy lucen desmembrados, juego con ellos tratando de de reconstruirlos, intentando recrear algunas historias precolombinas que hoy llegan al hombre y la mujer del mundo contemporáneo a través del mito y la leyenda.


En este sentido, seres que existieron, sin embargo al no estar presentes han dejado sus estructuras óseas, como vestigio de su pasaje por este mundo. Aquello que estuvo desestructurado, a través de mi intervención, se le confiere una nueva estructura, se les otorga una nueva existencia, logrando así regresar con un valor diferente al original,  transubstanciados.  Aquello que existió, pero que se fue, que dejó su esencia y que al irse perdió estructura, a través de la actividad plástica se le restituye una estructura distinta adquiriendo nuevamente una existencia, regresando en un tiempo y espacio diferente.

De esta forma, cuando se procesan tales estructuras óseas se entra en un diálogo de valores sensibles, emotivos; desde el mismo momento en el que se toma la decisión de apreciarlas, tratarlas con sutileza, se les infunde una carga de vida, recreando aspectos que tienen que ver con circunstancias que en el pasado pudieron haber vivido dichas estructuras. De esta forma, con el hacer se va  percibiendo que cada uno de eso seres que emergen pudieron haber sido uno de aquellos ancestros que llega hoy, desmembrado, para que lo restablezca  y pueda contar  aquello que nunca dijo.


Es por esto que, ante la falta de exploración antropológica se centra la intención en el trabajo con huesos, considerando que esas estructuras óseas de peces, son originarias de la vida, son organismos que han existido desde hace miles de años en la madre tierra, son más antiguas, inclusive que la vida humana.

En consecuencia, el proyecto del ensamblaje es fundamental en esta obra, permitiéndose hacer una representación ilusoria de lo real, empleando la deconstrucción se alcanza una nueva manera de relacionar los mismos elementos, para que aparezca así una nueva construcción, desde donde emergen elementos fantásticos e irreales, dotados de un discurso propio. Cabe destacar que es la representación de un mito llevado a la realidad, legitimado, en donde el componente óseo, como protagonista, cobra vida propia y deja de ser un elemento desaprovechado para convertirse en  la cosa que renace con un lenguaje intrínseco y particular. 

No obstante, ante la escasa información de cómo fueron realmente los hechos, es preciso imaginar esa alteridad que se produjo al momento del encuentro de dos culturas tan disimiles, el descubrimiento que el uno hizo del otro, el enfrentarse a imágenes nuevas, para cada grupo, el estar ante la presencia de gentes antes insospechadas, radicalmente diferentes, y que sin embargo, aún viviendo en mundos distintos, eran participes de un mismo momento histórico.

En este mismo orden de ideas, se considera pertinente indagar sobre los  pueblos aborígenes de Venezuela, el mal trato que sufrieron hasta casi llegar a ser diezmados. Sabemos que la historia ha sido manipulada, cambiada por otra que se ajusta a  intereses de grupos que quieren que el ciudadano común se entere sólo de lo que les conviene, es por ello que la presente investigación pretende exteriorizar la necesidad de conocer y escudriñar sobre los orígenes de nuestra progenie, los indígenas precolombinos, cómo vivían, en qué creían, cómo manifestaban sus creencias, qué ritos empleaban, qué legado han dejado; todo esto con la finalidad de conocerlos y entenderlos un poco más y así aprendamos  a amar esas raíces y tradiciones propias. 

02 mayo, 2011

LOS ENTIERROS PRECOLOMBINOS


En el mundo precolombino la mayoría de las tribus que no sepultaban en tierra a sus muertos, ellos  tenía dos formulas para proceder con sus muertos muy distintas a las nuestras y fueron:

Desaparecer o conservar :

Una era “comerse” en su totalidad al difunto.
La otra “guardarlo” a su lado en la superficie.

En cuanto a la modalidad de “guardarlo”, podemos decir que no todos los pueblos americanos consideraron el cuerpo como digno de preservar, para la mayoría de las tribus que conformaron el Imperio,  solo los huesos fueron materia de culto. 
Las primeras crónicas nos cuentan sobre el proceder de los pueblos indígenas con sus muertos. 

Urna precolombina

Existen informes de sepulturas en las costas Americanas (Los montículos del Sinú) consideradas las primeras "sepulturas" en el litoral Americano.


Otra costumbre perversa de su gentilidad, era quemar los cuerpos de sus difuntos para mezclar las cenizas en sus comidas y bebidas.



Año 1518 bachiller Martín Fernández de Enciso....hay desde Cartagena al Cenu veinticinco leguas, está Cartagena al Este en X grados y medio, el Cenu al Oeste en IX grados, en el Cenu se hace mucha sal, la gente es recia, belicosa, usan arcos y flechas hervoladas, andan desnudos todos, hombres y mujeres. Cuando muere algún hombre principal ó algún hijo suyo, sácanle las tripas y lávanlo con ciertas cosas y después lo untan y encima de aquello ponen lana de algodón teñido de diversas colores que se pega en el cuerpo y cubierto de aquello pónenlo en una hamaca que es la cama de ellos y aquella cuelgan dentro en casa acerca de donde hacen el fuego y así lo tienen. Yo me acerté á tomar un lugar que se llama Catarapa á donde hallamos mas de veinte muertos puestos de esta manera en las casas.



Era tan arcaico este abuso que algunos gentiles, en particular los de más edad, no querían recibir el bautismo, porque siendo ya cristianos, habían de ser enterrados en sagrado, y de esta manera no los podrían comer sus parientes, sino que habían de ser pasto de los gusanos. Los indios Turcaguanes fueron los más pertinaces en querer mantener esta bárbara costumbre. Muchos se retiraron a sus bosques para poder vivir observando los usos y costumbres que habían heredado de sus mayores.



01 mayo, 2011

¿ANTROPOFAGIA? SE DICE DE LOS CARIBE DE LAS COSTAS DE VENEZUELA.



Es preciso revisar acá el punto de la Antropofagia, ya la historia nos presenta los hechos tal como si  nuestros indígenas, se comieron unos a otros, por la hambruna desatada al producirse toda esa catástrofe y tal vez la realidad sea otra.

Acerca de la Antropofagia litúrgica, Pedro Mártir nos da los datos siguientes, relativos a los Caribe de las costas de Venezuela. 


“Antes de partir a la guerra echan de antemano suerte entre aquellos que han de ofrendar al ídolo, o toman una de sus mujeres (niños) prisioneras, o bien un prisionero, y lo ofrendan al ídolo para honrarle y como expiación, a efecto de que les conceda dicha, y la victoria sobre sus enemigos. Embadurnan por completo la imagen del ídolo con sangre del hombre sacrificado  y comen la carne con gran júbilo y alegría”. Lisandro Alvarado (Pág. 92)                                                                                                        

Una creencia extraordinaria, consagrada en una ceremonia terriblemente conmovedora, es la que abrigaban los Guaipunabi, según la ha conservado Fray Ramón Bueno. Tenían para sí que los ancianos nunca morían, y en esta persuasión procedían como sigue:

“Viviendo ellos en varios congresos, y en distintas estancias, el más viejo de cualquiera de ellos va a convidar a todos, para que tal día es su muerte, previniéndoles con política concurran a festejarla, no quebrantando la costumbre introduciendo contrarios abusos: agradecidos ellos a tan buena embajada, esperan  cuidadosos llegue el tiempo señalado; y  partiéndose todos al cumplimiento, son recibidos en la estancia del que va a morir con grandes aparatos de júbilo, en donde, encontrando gran cantidad de bebida, en la noche siguiente ponen a cocinar un ollón de agua en el medio del rancho, y en la misma hora principia el baile en rueda alrededor de dicha olla, uno pegado con otro, y el viejo que va a morir va adelante con la macana  al hombro, principiando la canción: cayapá, cayapá, y todos van respondiendo: gen, gen, gen; este baile y soneto continúa  por toda la noche, llenándose de bebida fuerte, y a la mañana siguiente, como al salir el sol, repentinamente se postra dicho viejo en tierra, dándole la macana al que le sigue, y le dice, mátame. Este recipiente le da dos golpes en la cabeza, y saltándole los sesos, todos caen en tierra, y postrados en un llanto de mala gana, se mantienen así, entre tanto los caseros cortan la cabeza al cadáver y le sacan el mondongo (las vísceras) botando uno y otro; y estando ya el cuerpo limpio, se levantan éstos, y amarándole como una bola, descoyuntándole primero lo meten en el ollón hirviendo, y estando ya bien cocido, se lo comen todos los forasteros, repartiendo en menudos pedazos para que alcance para todos. Igual ceremonia y obligación tienen todos los concurrentes cuando algún viejo de sus ranchos viene a convidar a estos” Lisandro Alvarado (Pág. 93)         


Continúa refiriendo el autor que “El endocanibalismo” en esta forma, es un progreso, ya que es estos casos, casi todo el propósito alimenticio desaparece, debido a que son los huesos calcinados de un prócer, mezclados con grasa u otra bebida, lo que ingieren durante el convite funerario.
Refiere  de la misma manera que esta antropofagia o forma de enterramiento fue el más ordinario en America a la llegada de los Españoles.


 Endocanibalismo:

El denominado endocanibalismo es el que se practica sobre individuos del mismo grupo, usualmente parientes fallecidos de muerte natural, de quienes se ingieren los huesos molidos o las cenizas de los cuerpos incinerados (mezclados con bebidas como sopas o chicha). Esta costumbre está asociada con ideas de reciclado y regeneración de las fuerzas vitales. Le permite al grupo conservar sus cualidades aunque desaparezcan los individuos que las poseen.

Exocanibalismo:

El consumo de la carne de extraños, de individuos ajenos al grupo, es llamado exocanibalismo. Los indios sudamericanos Tupinambá, los habitantes de Papúa-Nueva Guinea y de las islas caribeñas de San Vicente, Santa Cruz y Martinica son habitualmente citados como ejemplos de exocaníbales.       
Hace poco menos de quinientos años, los españoles exterminaron un pueblo que había llevado la costumbre exocaníbal a una escala pantagruélica. Era el pueblo de los mexicas, también conocidos como azteca.

Fuente:



Entierro Wayuu 2

El sistema normativo de los wayuu, aplicado por el pütchipü'üi (palabrero)

Venezuelan Test Footage of a Yanomamo Village