FAMILIA CARIBE Buscaron para vivir las tierras bajas y calientes como las costas y los valles de los ríos Magdalena, Cauca, Atrato y Sinú. Esta familia fue muy numerosa, se agrupó en territorios independientes. No se unificaron en un estado sino que se disgregaron en agrupaciones menores, de diferente organización social, distinta religión y costumbres propias para cada una. Los pueblos más importantes de la familia Caribe fueron: Los Muzos que habitaron la región comprendida entre los ríos Magdalena, Sogamoso, Ermitaño y suárez; los Panches que se establecieron entre los ríos Negro, Guarinó, Coello y Fusagasugá; los Pijaos, vivieron en la zona comprendida entre los actuales departamentos del Tolima y Caldas, los Quimbayas que se concentraron en el departamento del Quindío y los Motilones cuyos descendientes aún viven en la hoya del río Catatumbo. Los Quimbayas fue la tribu más representativa de la familia caribe que logró radicarse en un solo sitio a diferencia de los demás caribes que eran nómadas; los Quimbayas consiguieron grandes adelantos en el arte de la cerámica y de la orfebrería. Parte de la orfebrería Quimbaya puede admirarse en el Museo del Oro del Banco de la República, en Bogotá. 1. Características Físicas
Su cuerpo era de mayor tamaño que el de los chibchas, eran corpulentos, musculosos y de nariz curva o aguileña. Su rostro tenía facciones más finas. Algunas tribus acostumbraban deformarse el cráneo, las orejas, los brazos y los pies. Usaban como vestido guayucos y otros vivían casi desnudos. Las mujeres vestían túnicas. Tenían como costumbre pintarse el cuerpo y la cara con tinta que extraían de las plantas; se adornaban con narigueras, zarcillos y collares. 2. Actividades
Su vida a la orilla del mar y de las cuencas hidrográficas los hizo navegantes expertos, pescadores, cazadores y guerreros. La principal actividad de los caribes fue la guerra. Eran valerosos y opusieron resistencia al dominio español. Cultivaban el algodón, el ñame, la yuca, el maíz y las frutas. 3. Industria
La orfebrería Caribe logró alto grado de perfección en acabado y originalidad, hasta el punto de asegurarse que ninguna tribu le aventajó. Grupos de su familia como los Quimbayas, los Pijaos, los Panches, los Sinúes y los Muzos, fueron artistas consumados en esta rama. La alfarería fue también bellísima y las piezas que hoy se conservan constituyen tesoro de museos y de coleccionistas. La preparación de venenos ocupó entre ellos el primer lugar. Sus flechas resultaban fatales no solo por la punzada sino por el curare en que iban untadas. El curare lo obtenían de yerbas tóxicas y de animales ponzoñosos. Otro fue el veneno de la rana, preparado con las glándulas de cierta especie de estos batracios. Quien era alcanzado por tales sustancias sufría dolores terribles, convulsiones, asfixia, paros cardíacos y paralización del sistema nervioso. 4. La guerra
Usaban como armas flechas incendiarias y otras envenenadas con curare; también empleaban la pica y el hacha. Asistían a la guerra adornados con penachos de plumas. Sus costumbres eran feroces. Practicaron la antropofagia y reducían las cabezas de los enemigos muertos, sin que perdieran sus facciones naturales, como es común entre los Jíbaros del Ecuador. Lucían collares de dientes humanos y celebraban banquetes con prisioneros engordados en jaulas. La ofrenda preferida para sus dioses era el corazón sangrante de sus adversarios. 5. El vestido
No ponían cuidado especial al vestido. Solían andar desnudos y cuando más, los hombres se cubrían con un guayuco o taparrabo y las mujeres con una pequeña falda de algodón y a veces con una manta. Se pintaban el cuerpo caprichosamente y lucían finos adornos. 6. Comercio
Los caribes tuvieron alto grado de desarrollo comercial. Se trasportaban por el mar y los ríos en canoas y piraguas. Negociaban perlas, caracoles, esmeraldas, tabaco y algodón por mantas, plumas y alimentos. Algunas tribus caribes trabajaban muy bien el oro y el barro. 7. Religión
Adoraban al Sol y la Luna, las estrellas y las piedras; veneraban a los muertos. Los mohanes, brujos o médicos eran los encargados de hacer las ceremonias. La religión no les imponía frenos como a los Chibchas y de allí sin duda su libertinaje y despreocupación por la moral.
Su cuerpo era de mayor tamaño que el de los chibchas, eran corpulentos, musculosos y de nariz curva o aguileña. Su rostro tenía facciones más finas. Algunas tribus acostumbraban deformarse el cráneo, las orejas, los brazos y los pies. Usaban como vestido guayucos y otros vivían casi desnudos. Las mujeres vestían túnicas. Tenían como costumbre pintarse el cuerpo y la cara con tinta que extraían de las plantas; se adornaban con narigueras, zarcillos y collares.
Su vida a la orilla del mar y de las cuencas hidrográficas los hizo navegantes expertos, pescadores, cazadores y guerreros. La principal actividad de los caribes fue la guerra. Eran valerosos y opusieron resistencia al dominio español. Cultivaban el algodón, el ñame, la yuca, el maíz y las frutas.
La orfebrería Caribe logró alto grado de perfección en acabado y originalidad, hasta el punto de asegurarse que ninguna tribu le aventajó. Grupos de su familia como los Quimbayas, los Pijaos, los Panches, los Sinúes y los Muzos, fueron artistas consumados en esta rama. La alfarería fue también bellísima y las piezas que hoy se conservan constituyen tesoro de museos y de coleccionistas. La preparación de venenos ocupó entre ellos el primer lugar. Sus flechas resultaban fatales no solo por la punzada sino por el curare en que iban untadas. El curare lo obtenían de yerbas tóxicas y de animales ponzoñosos. Otro fue el veneno de la rana, preparado con las glándulas de cierta especie de estos batracios. Quien era alcanzado por tales sustancias sufría dolores terribles, convulsiones, asfixia, paros cardíacos y paralización del sistema nervioso.
Usaban como armas flechas incendiarias y otras envenenadas con curare; también empleaban la pica y el hacha. Asistían a la guerra adornados con penachos de plumas. Sus costumbres eran feroces. Practicaron la antropofagia y reducían las cabezas de los enemigos muertos, sin que perdieran sus facciones naturales, como es común entre los Jíbaros del Ecuador. Lucían collares de dientes humanos y celebraban banquetes con prisioneros engordados en jaulas. La ofrenda preferida para sus dioses era el corazón sangrante de sus adversarios.
No ponían cuidado especial al vestido. Solían andar desnudos y cuando más, los hombres se cubrían con un guayuco o taparrabo y las mujeres con una pequeña falda de algodón y a veces con una manta. Se pintaban el cuerpo caprichosamente y lucían finos adornos.
Los caribes tuvieron alto grado de desarrollo comercial. Se trasportaban por el mar y los ríos en canoas y piraguas. Negociaban perlas, caracoles, esmeraldas, tabaco y algodón por mantas, plumas y alimentos. Algunas tribus caribes trabajaban muy bien el oro y el barro.
Adoraban al Sol y la Luna, las estrellas y las piedras; veneraban a los muertos. Los mohanes, brujos o médicos eran los encargados de hacer las ceremonias. La religión no les imponía frenos como a los Chibchas y de allí sin duda su libertinaje y despreocupación por la moral.
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