Cuenco mágico para diagnosticar enfermedades, los chamanes lo llenan de agua y en él dejan flotar objetos; según el movimiento de los mismos, prescriben la cura.
Los indígenas americanos creían que el alma de los difuntos viajaba a otra parte del Universo, donde disfrutaba de una existencia placentera mientras que desarrollaba las actividades cotidianas. El alma de las personas desdichadas o perversas vagaba por los alrededores de sus antiguas viviendas, provocando desgracias. Muchos pueblos indígenas celebraban una ceremonia conmemorativa anual en recuerdo de sus parientes difuntos; en Latinoamérica esta celebración se fusionó más tarde con la festividad cristiana del Día de los Difuntos.Existen referencias de estos rituales en la Mitología azteca, Mitología maya así como en la Mitología inca.
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